Venezuela: Hacia una nueva estrategia industrial
Nueva Sociedad 62 / Septiembre - Octubre 1982
En tres décadas, Venezuela dio un salto significativo en su industrialización. Entre 1950 y 1978 el producto manufacturero creció al 7,9 % promedio anual y Venezuela pasó del último lugar entre los países medianos de América Latina (Colombia, Chile y Perú) al primer lugar en términos de su producto industrial. El avance industrial se enmarcó en un modelo típico de sustitución de importaciones. Fue impulsado por una alta protección, exoneraciones para importar materias primas y equipos, créditos abundantes y una activa participación financiera y empresarial del Estado. La demanda interna creció con la urbanización y con la incorporación de nuevos sectores sociales al mercado, provenientes de la expansión del sector terciario y del propio proletariado industrial, retroalimentándose así la industrialización. A fines de la década de los setenta, sin embargo, emergieron los mismos síntomas de agotamiento que afectaron antes a los países de mayor desarrollo de América Latina. El modelo sustitutivo comenzó a ver limitada su expansión. Se elevó la ineficiencia de la producción, se gestaron estructuras oligopólicas, las exportaciones manufactureras fueron muy escasas, se mantuvo el importante rezago tecnológico y se propagaron en la economía las subsidiarias de corporaciones transnacionales en las actividades más dinámicas.